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jueves, 12 de septiembre de 2019

La peligrosa despedida de Mario Draghi


Ashoka Mody, Project Syndicate

Mario Draghi corre el riesgo de agravar los problemas de la eurozona en las últimas semanas de su mandato de ocho años como presidente del Banco Central Europeo. Ha prometido que el BCE reducirá aún más las tasas de interés para fomentar la economía de la eurozona. Pero los responsables de las políticas tienen margen de maniobra sólo para recortes de tasas moderados, lo que poco ayudará a impulsar el crecimiento –y sí ejercerá una presión potencialmente intolerable sobre los bancos frágiles de la eurozona.

En junio, Draghi dijo que el BCE estaba preparando una nueva dosis de estímulo, incluidas mayores reducciones de su tasa de interés oficial y una renovación del alivio cuantitativo (QE por su sigla en inglés) a través de compras de bonos gubernamentales. Posteriormente, exigió “un grado significativo de estímulo monetario” luego de la reunión más reciente del Consejo de Gobierno del BCE el 25 de julio.

sábado, 16 de abril de 2016

El regalo de Draghi a las multinacionales


Thomas Fazi , Sin Permiso

El BCE se apresta a comprar títulos de las grandes empresas del continente. La enésima redistribución de riqueza de abajo arriba.

La verdadera novedad de la “super-QE” [“quantitative easing”, flexibilización cuantitativa] anunciada por Draghi el 10 marzo pasado – que luego tiene bien poco de “super”–, más allá del incremento de las compras mensuales de títulos del Estado de 60 a 80.000 millones y del lanzamiento de nuevas TLTRO (Target Long Term Refinancing Operations), en las que los bancos podrán conseguir préstamos del banco central también con tipos negativos (en substancia, aprovechándose de nosotros), consiste sin duda en la decisión de incluir en la “quantitative easing”, además de los títulos del Estado, también las obligaciones societarias (los llamados “corporate bond”) de las grandes empresas industriales, un mercado de cerca de 900.000 millones. Un verdadero maná para las grandes empresas del continente – ¿y no sólo? –, que podrán emitir nuevos títulos y venderlos directamente al BCE (obteniendo directamente de hecho un crédito de la banca central) y/o volver a adquirir los propios “bond” con el tipo de rendimiento actual (en lo que se llama operación de buyback) y colocarlos de nuevo en el mercado a un tipo de interés mucho más bajo (y por tanto a un precio más alto, ya que el precio de los títulos es inversamente proporcional al rendimiento).

Se trata de una medida sin precedentes, que hará que por primera vez que el banco central inyecte dinero directamente en las empresas no financieras (substituyendo de hecho a la banca comercial). No todas, obviamente. Quedan excluidas de las operaciones, de hecho, todas aquellas medianas y pequeñas empresas que – sobre todo en Italia, pero también en otros lugares – representan la inmensa mayoría de las empresas y de los puestos de trabajo y que en su mayor parte se han resentido – y se resienten– de la crisis inducida por las políticas de austeridad.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Mario Draghi prolonga el estímulo monetario y arrastra a Europa a la japonización

El Banco Central Europeo en su lucha desesperada contra la deflación de precios volvió a abrir el grifo del dinero. Sin embargo las medidas fueron decepcionantes para una banca que sigue sobreapalancada y con alto nivel de deudas incobrables. El plan de inyecciones del dinero por parte del BCE que terminaría en septiembre de 2016 fue prolongado hasta marzo de 2017 confirmando la debilidad económica y el declive general de los precios impulsado por el petróleo y las materias primas.
La prolongación de la QE confirma que las políticas monetarias han llegado a un punto muerto y así lo demostró el masivo desplome bursátil de ayer. El Ibex35 cayó -2,41%, el Dax alemán en -3,58%, el Cac francés en -3,58, y el FTSE en -2,27. Fue un aunténtico jueves negro. El anuncio de Draghi no fue suficiente dado que los inversionistas esperaban un nuevo regalo navideño, pese a que ahora se comprará deuda regional y de ayuntamientos.

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sábado, 31 de octubre de 2015

La tragedia de Ben Bernanke

Bradford DeLong, Project Syndicate

Resulta difícil leer el nuevo libro de memorias del expresidente de la Reserva Federal de EE. UU. Ben Bernanke (The Courage to Act), sin verlo como una tragedia. Es la historia de un hombre que tal vez haya sido la persona mejor preparada del mundo para el trabajo del que debía ocuparse, pero que se vio rápidamente superado por los desafíos y nunca logró recuperar el terreno perdido.

Es un gran mérito de Bernanke que el shock de 2007-2008 no haya dado lugar a otra Gran Depresión, pero su respuesta en el período subsiguiente resultó inesperadamente decepcionante. En 2000, Bernanke sostuvo que un banco central con voluntad suficiente «siempre» podría –al menos, en el mediano plazo– recuperar la plena prosperidad a través de la expansión cuantitativa. Si un banco central imprime dinero y compra activos financieros a escala suficiente, la gente comenzará a aumentar su gasto. Incluso si la gente cree que solo una fracción de la expansión cuantitativa será permanente, e incluso si el incentivo a gastar es bajo, el banco central puede volver a poner en marcha la economía.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El fin de la era ZIRP


Alejandro Nadal, La Jornada

A finales de 2008, mientras se derrumbaba el mercado de valores en Nueva York, la Reserva federal inició uno de los experimentos más arriesgados en materia de política monetaria: en diciembre inició la era de la política de tasa de interés cero (ZIRP, por sus siglas en inglés) para las operaciones interbancarias de corto plazo.

La tasa cero en esas tasas de corto plazo revelaba que se había llegado a una situación in extremis en materia de política monetaria, pero la Reserva federal consideró que esa medida no era suficiente y arrancó (noviembre 2008) una nueva modalidad de política monetaria: la famosa flexibilidad cuantitativa, conocida por sus siglas en inglés QE. La primera fase de esta modalidad consistió en comprarle activos malos a los bancos para aligerar la presión sobre sus estados financieros. Los activos que estaban en la mira de dichas adquisiciones eran títulos garantizados por hipotecas de mala calidad, lo que había estado en el origen de la crisis.

domingo, 8 de febrero de 2015

Los tiburones de Wall Street

Alejandro Nadal, La Jornada

En su intento por mitigar los efectos de la crisis financiera mundial, la Reserva Federal adoptó una postura de flexibilización monetaria desde 2008. Mantuvo tasas de interés cercanas a cero y abrió un programa de compras de títulos del Tesoro estadunidense para inyectar liquidez al sistema bancario y permitir el flujo de crédito a la economía. La realidad es que la inyección de liquidez mantuvo vivo el sistema de pagos interbancario, pero esos recursos nunca encontraron el camino del crédito a los consumidores y empresas. En cambio sí sirvieron para apuntalar una mayor actividad especulativa de los bancos y otros agentes financieros.

martes, 18 de noviembre de 2014

Pese a los torrentes de dinero de su banco central Japón entra en una nueva recesión

La inesperada contracción en el PIB trimestral de Japón muestra que el fracaso de las políticas monetarias no es algo exclusivo de Europa. El país del sol naciente ha vuelto a entrar en recesión (una vez más) echando por tierra los planes de recuperación que se urdían en torno a las propuestas de Shinzo Abe, el Primer Ministro nipón que se alzó hace dos años prometiendo un cambio radical en las políticas económicas asegurando que sacaría al país de sus dos décadas de mala racha.

La estrategia poco ortodoxa de disciplina fiscal y flexibilización cuantitativa era mirada con interés por Europa dado que podía convertirse en la hoja de ruta para los países europeos que buscan subir impuestos para escapar a la pandemia de los desequilibrios fiscales. Sin embargo, la fórmula de aumentar los impuestos e inyectar dinero a la banca ha fracasado al no lograr impulsar una recuperación significativa. Esto ha generado más incertidumbre en las economías europeas que se quedan ahora sin un modelo a seguir. Queda claro que la inyección de dinero de los bancos centrales no es una práctica que genere impulso económico dado que solo aumenta la desigualdad porque ese dinero llega a los banqueros y a los más ricos.

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jueves, 5 de junio de 2014

Los efectos imprevistos de la bazuca de Draghi

Matthew Lynn, El Economista

¿Cuánto? ¿Cuándo? ¿Con qué activos? Son muchas las preguntas sin respuesta sobre la flexibilización de la política monetaria que se espera que el Banco Central Europeo presente hoy, pero dos cosas están claras: a la Eurozona no le quedan más opciones que embarcarse en algún tipo de flexibilización cuantitativa (lo que algunos analistas ya han calificado de gran bazuca) y no saldrá como el BCE o casi todos los analistas esperan.

La flexibilización cuantitativa en la eurozona tendrá grandes repercusiones en los mercados y las economías, como ocurrió cuando se imprimió dinero en EEUU, Reino Unido y Japón, pero muchas será en lugares imprevistos o por lo menos no donde lo espera el BCE. Europa del este experimentará una burbuja de activos, el valor de la libra esterlina crecerá, EEUU subirá tipos antes de lo previsto, Alemania le cogerá el gusto a imprimir dinero y el oro se hundirá todavía más en un mercado bajista.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Los límites del dinero electrónico

Economist Intelligence Unit, La Jornada

Tres años después de la recesión de 2009, la recuperación mundial se tambalea. Los encargados de las políticas, sobre todo en naciones desarrolladas, están bajo presión para actuar. Dadas las preocupaciones por la sustentabilidad de las deudas públicas, en Occidente persiste la carga sobre los bancos centrales para levantar la economía mediante la liberación monetaria. Pero si bien esta medida se sigue aplicando a escala global, sobre todo mediante instrumentos heterodoxos en Occidente y modestos recortes en las tasas de interés en los mercados emergentes, su impacto en el crecimiento económico es escaso.

En países donde las tasas de referencia son cercanas a cero, el espacio para nuevos recortes es limitado. Allí los bancos centrales extienden las medidas heterodoxas, de las cuales la más importante es la llamada liberación o flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), que consiste en expandir sus balances mediante la adquisición de activos.

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