jueves, 12 de abril de 2018

Trump ordena atacar a Siria por presunto uso de armas químicas

David Brooks, La Jornada

El presidente Donald Trump anunció por tuit este miércoles un inminente ataque de misiles contra Siria, mientras el segundo republicano más poderoso del país expresó su intención de jubilarse, alimentando la percepción del hundimiento de su partido ante las próximas elecciones intermedias a consecuencia del repudio popular al mandatario más reprobado en la historia moderna del país.

Esta mañana Trump declaró vía tuit que está ordenando un ataque contra Siria, y se burló de que Rusia había prometido interceptar los misiles: “Prepárate, Rusia, porque (los misiles) estarán llegando, bonitos, nuevos e ‘inteligentes’. No deberías ser socio de un animal que mata con gas, que mata a su pueblo y lo goza!”

Poco más tarde, tuiteó: “nuestra relación con Rusia es peor ahora que nunca, y eso incluye la guerra fría. No hay razón para esto. Rusia necesita que le ayudemos con su economía, algo que sería muy fácil hacer, y necesitamos que todas las naciones trabajen juntas. ¿Poner fin a la carrera armamentista?”

Y poco más de una hora después decidió enlazar la guerra en el extranjero con la guerra política en casa, explicando en otro tuit que mucha de la "mala sangre con Rusia es causada por la Investigación Falsa & Corrupta sobre Rusia, encabezada por todos los leales a los demócratas, o gente que trabajó para Obama. Mueller es quien tiene mayores conflictos de todos (excepto Rosenstein). No hay colusión, entonces enloquecen".

Rod Rosenstein es el subprocurador general, segundo en rango en el Departamento de Justicia, quien fue instalado en su puesto por Trump; Robert Mueller es el fiscal especial encargado de la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones y posible colusión con la campaña de Trump, entre otros delitos relacionados con eso, y fue nombrado en ese puesto por Rosenstein. Ambos son republicanos.

Trump, como candidato y al inicio de su presidencia había declarado que estaba en contra de abrir otro frente de guerra en Medio Oriente, criticando la política bélica de Barack Obama y George W. Bush. Hace unos días había anunciado por tuit su intención de retirar todas las fuerzas estadunidenses del conflicto en Siria. Pero ahora ha revertido el curso –aun antes de que existan pruebas que comprueben el ataque químico y los responsables– en Siria que está sirviendo de justificación para lanzar sus misiles.

Vale recordar que Obama rehusó bombardear Siria (aunque la CIA se dedicó a capacitar a fuerzas contra el régimen de Bashar Al Assad) evitando confrontar a Rusia en ese terreno, algo que fue criticado por una amplia gama de demócratas, incluida Hillary Clinton, muchos de los cuales hoy están apoyando la aparente decisión de Trump de un ataque con misiles. No es la primera vez que Trump se atreve a provocar una crisis mayor contra Rusia en Siria, en abril del año pasado ordenó el bombardeo de un campo de aviación militar en ese país.

Mientras tanto, una de las aparentes bajas de la guerra en casa es el representante republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes –el segundo puesto político más poderoso de Washington y tercero en línea de sucesión, después del vicepresidente–, quien este miércoles anunció que no buscará la relección en los comicios intermedios de noviembre.

Aunque se había especulado sobre esta posibilidad, el anuncio sorprendió a muchos en sus filas y de inmediato detona una batalla de aspirantes para su puesto dentro de un partido cada vez más dividido internamente entre sus filas tradicionales y un ala ultraderechista.

Más aún, el anuncio de Ryan podría alentar el éxodo ya notable de más de 40 legisladores republicanos que huyen del repudio popular al no buscar su relección. De hecho, una hora depués de que Ryan anunció su decisión, otro colega, Dennis Ross, de Florida, hizo lo mismo.

Ryan insistió en que las razones de su decisión son para poder dedicar más tiempo a su familia, pero el panorama electoral para su partido en las próximas elecciones es cada vez menos positivo, ante una creciente ira contra Trump, quien permanece como el presidente más reprobado en la opinión pública a sólo poco más de un año de iniciar su presidencia. Más aún, Ryan ha sido sujeto de los ataques y críticas del presidente, así como por tratar de maniobrar en torno al comportamiento errático del ocupante de la Casa Blanca.

Por cierto, en su distrito en Wisconsin, Ryan estaba enfrentando una batalla electoral encabezada por dos demócratas, el trabajador metalúrgico Randy Bryce (quien es de herencia mitad mexicana y mitad polaca) y una maestra, y por un republicano apoyado por supremacistas blancos.

En otro frente de la guerra local, desde el martes por la noche el jefe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Devin Nunes, feroz defensor de Trump, amenazó con proceder hacia la destitución del subprocurador general Rosenstein y del jefe de la FBI, Christopher Wray (por cierto, otro republicano), si éstos no entregan el documento que en 2016 desató la investigación de la FBI sobre la injerencia rusa en la campaña de Trump.

El presidente está considerando, según varias fuentes citadas por medios nacionales, despedir a Rosenstein, Mueller y hasta posiblemente al procurador general Jeff Sessions, desde que se enteró del allanamiento por agentes federales a las oficinas y residencias de su abogado personal, Michael Cohen, el lunes pasado, algo que calificó de un ataque contra nuestro país.

Desde su toma de posesión como presidente, 61 por ciento del equipo seleccionado por Trump al iniciar su presidencia en la Casa Blanca ya no está ahí (14 de 23), mientras una cuarta parte de su gabinete inicial también se ha esfumado (otros dos integrantes están en riesgo de renunciar o de ser expulsados), reportó el Washington Post.

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