miércoles, 4 de enero de 2017

4 de enero: el día en que los principales ejecutivos ya ganaron más que sus empleados en todo un año

BBC Mundo

Imagínate si al cuarto día del año ganaras todo tu salario de doce meses. Algo así ocurrió este miércoles al mediodía, cuando los altos ejecutivos de las principales compañías británicas consiguieron ingresos equivalentes al sueldo anual total de un empleado promedio. Eso significa que los directivos de las compañías FTSE-100 -como se llama a las cien principales empresas que cotizan en Bolsa de Valores de Londres- podrían técnicamente dedicarse ya a descansar por el resto del año si fueran a vivir con el mismo dinero que ganan sus subordinados.

Y ni siquiera les llevó cuatro días sino dos y medio, si se considera que el 1 de enero fue no laborable. Lo llaman el "miércoles del gato gordo" (en inglés, fat cat Wednesday): con esa analogía animal se conoce informalmente a quienes están a cargo de una gran empresa y tienen el poder de aumentarse su propio salario, según la definición del diccionario de Cambridge.

Los "gatos gordos", en la jerga, son los altos ejecutivos que tienen poder suficiente para aumentarse el salario a sí mismos, según los define el diccionario de Cambridge. Distintas organizaciones usan la figura del "gato gordo" para llamar la atención sobre las rampantes desigualdades en el ingreso. "Los cálculos no pretenden hacer el regreso al trabajo más duro de lo que ya es (después de las fiestas de fin de año)", asegura Stefan Stern, director de la organización High Pay Centre, que está detrás de la campaña de denuncia. "Pero el 'miércoles del gato gordo' es un recordatorio importante de un problema de desigualdad en la retribución que se mantiene", dice.

Una relación de 129 a 1

Según el High Pay Centre, un think tank independiente y no partidario creado para monitorear la distribución del ingreso en Reino Unido, al 4 de enero estos altos ejecutivos ya habrán percibido, calculando jornadas de 12 horas, los US$34.572 (£28.200) del actual salario británico promedio. Las matemáticas indican que la relación entre la paga que recibe un director ejecutivo de una empresa FTSE-100 y la de un empleado es de 129 a 1, según datos salariales de 2015. La brecha entre directores y subordinados no se ha cerrado, sino todo lo contrario, denuncian las organizaciones que abogan por una redistribución más justa.

Y la tendencia se ha agravado: en 2016, los mismos cálculos arrojaron que los gerentes superaban la misma marca el 4 de enero por la tarde, medio día más tarde que este año. ¿Por qué en 2017 cientos de miles de personas recibirán un salario sin tener que trabajar? Según señala el think tank, que ha hecho estas correlaciones durante los últimos tres años, el salario de los más altos ejecutivos se ha incrementado hasta rozar una media de casi US$5 millones (£4 millones) al año. En 2010, ese promedio era de US$4,1 millones (£3,4 millones): una mejora del ingreso anual de casi 18%.

Aunque, según denuncias de distintas organizaciones, no se trata sólo de un problema de las compañías FTSE-100: tiene su fundamento en los llamados "pagos basados en desempeño" o bonos adicionales que se entregan a los gerentes cuando supuestamente las compañías consiguen buenos resultados bajo su mando. Un estudio reciente de la Universidad de Lancaster, sin embargo, reveló que no necesariamente existe correlación entre el pago de incentivos y la performance de las empresas. Según la investigación, publicada en diciembre, los jefes de las 350 principales empresas británicas vieron aumentar sus ingresos en un 82% en los últimos 13 años. Pero ese incremento no se corresponde con los niveles de retorno del capital invertido, que es una de las variables preferidas para medir el desempeño de las compañías. "Nuestros hallazgos muestran una desconexión material entre los salarios (de los ejecutivos) y la generación de valor fundamental (en las empresas)", expresaron los autores del informe. Por eso, la campaña del "miércoles del gato gordo" aboga por regular que las corporaciones hagan públicas esas comparativas, para dejar en evidencia que no se ha progresado en achicar la grieta salarial entre directivos y trabajadores. Los pagos adicionales por desempeño son una de las bases del problema, consideran algunos análisis. "Esperamos que el gobierno reconozca la necesidad de reformar las prácticas de pagos si es que se desea cerrar esta brecha", apuntó Stern, que anticipó que enviará al gobierno una propuesta de reforma corporativa.

¿Deben mantenerse los salarios en secreto?

El gobierno británico ya tiene bajo consideración un plan para hacer que las firmas revelen la diferencia salarial entre sus ejecutivos y sus empleados en puestos no gerenciales. La primera ministra Theresa May ha manifestado que el control de los excesos corporativos constituye una prioridad de su gestión. Y el Departamento de Empresas, Energía y Estrategia Industria - una dependencia ministerial del gobierno de las islas- señaló que está "haciendo una consulta sobre alternativas" para poner un tope a los sueldos más abultados. Organismos que representan los intereses de las empresas argumentan que son los accionistas quienes deben realizar la tarea de contralor. Sin embargo, la Confederación de Industrias Británicas (CBI, por sus siglas en inglés), rechazó las premisas de la campaña contra los "gatos gordos". Consideró que, aunque es necesario que evolucionen los sistemas de control sobre cómo se manejan las corporaciones, son los accionistas quienes deben realizar la tarea de contralor. Y defendió a la vez el sistema de incentivos basados en el desempeño. "Las empresas no deben dar pagos excepcionales a cambio de un desempeño pobre y los accionistas tienen un rol clave en asegurar que se establezcan políticas de definición salarial sensatas, razonables y sostenibles", le dijo a la BBC Josh Hardie, vicedirector general de la CBI, una organización que representa a 190.000 firmas y es considerada una de las principales voceras de los intereses empresariales en el país.

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