lunes, 2 de mayo de 2016

Greenpeace filtra los documentos secretos del TTIP, el tratado que amenaza la vida humana a favor de las empresas


GreenPeace reveló el lunes documentos de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y la UE, que podrían complicar aún más un acuerdo denunciado por poner los intereses corporativos por encima de los sanitarios o medioambientales. Según el documento filtrado por GreenPeace, Washington trata de modificar el proceso legislativo de la UE en los asuntos más polémicos, relacionados con el medio ambiente y la salud. Estados Unidos persigue reducir los estándares de la regulación europea y la industria de los cosméticos y el uso de pesticidas en la agroindustria son dos de los ejemplos más evidentes.

"Estos documentos reflejan la magnitud y el alcance del intento de los Estados Unidos y la Unión Europea de anteponer los beneficios empresariales a los intereses de la ciudadanía. Ya es hora de que las negociaciones se detengan y de que comience el debate”, señaló Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España, sobre la filtración de las oscuras negociaciones del TTIP, el tratado de libre comercio entre EEUU y la UE, que han sido hechos públicos por la rama holandesa de la organización ecologista.

Según se desprende de los documentos filtrados –que corresponden a la mitad del borrador del texto de la ronda 13 de las negociaciones que tuvo lugar entre el 25 y el 29 de abril de 2016 en Nueva York–, el objetivo de EEUU sería el de cambiar las normativas europeas y los procesos legislativos de la UE para rebajar los niveles de exigencia que protegen a los usuarios y los consumidores en materias como la salud o el medio ambiente.

“Estos textos dan la razón a quienes han mostrado fuertes objeciones y a las organizaciones de la sociedad civil que han expresado que el TTIP supone una enorme transferencia de poder democrático hacia las grandes corporaciones”, afirma Soto.

Se trata de 248 páginas organizadas en 13 capítulos consolidados sobre el TTIP más una nota titulada “Estado táctico de las negociaciones TTIP – marzo de 2016”, que supondrían tres cuartos de los textos consolidados existentes, ya que la Comisión Europea afirmó tener ya 17 textos consolidados. Los textos consolidados son aquellos en los que EEUU y la Unión Europea tienen ya acuerdos, estos 13 capítulos ofrecen por primera vez púbicamente la posición de Estados Unidos.

Los documentos sobre el TTIP han estado en todo momento protegidos bajo fuertes medidas de seguridad, los representantes políticos elegidos democráticamente solo han podido consultarlos bajo vigilancia en una habitación custodiada, sin poder hacer copias o fotografías de ellos y habiendo firmado una cláusula de confidencialidad que les impedía comentarlos con otras personas.

Según informan desde Greenpeace, los documentos recibidos por la organización habían sido previamente tratados para que fuera posible identificar las copias individuales, por lo que, antes de hacerlos públicos, han procedido a eliminar todos los elementos y características que pudieran identificar la fuente. La organización afirma que son documentos auténticos tras analizarlos conjuntamente con la reconocida red de investigación alemana NDR, WDR y Süddeutscher Zeitung, que también investigó las filtraciones de Snowden y el escándalo de Volkswagen.

Las primeras conclusiones que se pueden extraer de los documentos en materia de protección del medio ambiente y de los consumidores, según Greenpeace, son las siguientes:

Las políticas de protección ambiental parecen haber sido eliminadas

“Ninguno de los capítulos que hemos visto hacen referencia a la regla de Excepciones Generales. Esta regla consagrada en el acuerdo del GATT de la Organización Mundial del Comercio (OMC) hace casi 70 años permite a los estados regular las reglas de comercio ‘para proteger a los seres humanos, la vida animal y vegetal o la salud’ o para ‘la conservación de los recursos naturales no renovables’. La omisión de esta regla sugiere que ambas partes están creando un acuerdo que sitúa los beneficios económicos por encima de la vida, la salud y el medio ambiente.”

El final del Principio de Precaución

“El principio de precaución, consagrado en el Tratado de la UE, no se menciona en el capítulo sobre Cooperación Regulatoria, ni en ningún otro de los 12 capítulos obtenidos. Sin embargo, sí se cita en varios capítulos la demanda de la delegación estadounidense de trabajar en un enfoque ‘basado en el riesgo’ que tiene como objetivo la gestión de sustancias peligrosas, en lugar de evitarlas. Este enfoque socava la capacidad de los reguladores de tomar medidas preventivas, por ejemplo en relación con la toxicidad de sustancias químicas como los disruptores endocrinos”.

Se abre la puerta a un mayor poder de las corporaciones

“Al mismo tiempo que las propuestas amenazan el medio ambiente y la protección de los consumidores, las grandes empresas han conseguido lo que querían. El sector empresarial tiene oportunidades para participar en la toma de decisiones para intervenir en las primeras fases del proceso de toma de decisiones”.

“Mientras que la sociedad civil ha tenido un acceso escaso a las negociaciones, los documentos muestran muchos casos en los que la industria ha sido consultada y ha tenido un papel privilegiado en el proceso de toma de decisiones. Los documentos filtrados indican que la opacidad de la UE es debida a la influencia de los intereses de los poderes de la industria. En un informe público de la Unión Europea recientemente publicado se menciona una sola vez las aportaciones de los sectores industriales, mientras que los documentos filtrados hablan en repetidas ocasiones sobre la necesidad de nuevas consultas con la industria y mencionan explícitamente que se han recogido en los textos las aportaciones de estos sectores”.

Desde Greenpeace hacen una llamada a la ciudadanía, a políticos y empresarios para que se involucren en el debate del TTIP “de manera abierta y sin miedo”, y hacen una llamada a los negociadores políticos para que hagan públicos los textos completos, facilitando la discusión, así como a detener las negociaciones hasta que no respondan a las cuestiones pendientes ante la ciudadanía.

“¿Debemos actuar cuando tenemos la certeza de que nuestra salud y bienestar están en riesgo o debemos esperar a que daño esté hecho? ¿Nuestros gobiernos eran sinceros en la Cumbre del Clima de Paris cuando dijeron que harían lo necesario para proteger el planeta y mantener el ascenso de temperatura por debajo de 1,5 grados?”, se pregunta Miguel Ángel Soto, quien defiende que la protección ambiental no debe verse como una barrera al comercio, sino como un salvavidas para nuestra salud y la salud de las generaciones futuras.

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